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San Jeronimo

San Jerónimo, también conocido como Real Aduana, es un lugar cargado de historia y significado en la ciudad de Antigua Guatemala. A lo largo de los años, este edificio ha sido testigo de diversos eventos culturales y cambios en su función, dejando un legado que resalta su importancia en la historia de la región.

Su historia tiene sus raíces en el año 1739, cuando la orden mercedaria buscó el permiso para establecer y construir un colegio similar a los ya presentes de los frailes dominicos y franciscanos. El proceso de edificación comenzó casi de inmediato, dando lugar a la creación de un edificio de dos niveles que llevaría dos décadas en ser finalizado. Sin embargo, la historia del San Jerónimo estaría marcada por giros inesperados.

Solo dos años después de completarse su construcción, el colegio mercedario fue ordenado a cerrar debido a la falta de una real cédula obligatoria. El Rey emitió órdenes para la demolición del edificio, pero debido al considerable costo que esto representaría, estas instrucciones fueron ignoradas. En 1765, Su Majestad aprobó el establecimiento de la Real Aduana en el lugar, así como la creación de instalaciones para la milicia de la capital colonial, con el propósito de adquirirla del Palacio de los Capitanes Generales. Además, se proporcionó espacio para albergar establos que podrían albergar hasta 150 caballos, destinados a servir a la Corona en diversas capacidades.

A pesar de los cambios en su función, las ruinas de San Jerónimo siguen siendo un recordatorio tangible de su historia. Las murallas originales, que han sobrevivido al paso del tiempo, aún se conservan cerca de una impresionante fuente que marca el centro de su recinto. Los vestigios de la cocina y otros elementos arquitectónicos permiten a los visitantes e historiadores contemplar el pasado y entender cómo fue utilizado este edificio en diferentes momentos de la historia.

Entre las ruinas, se encuentra también la evidencia de una ermita inicial que posiblemente fue construida antes de 1765. Esta ermita agrega otra capa de historia al lugar y sirve como un recordatorio de la devoción religiosa que ha estado presente a lo largo de los años en San Jerónimo.

En la actualidad, San Jerónimo no solo es un testimonio de la historia de Antigua Guatemala, sino que también es un lugar de encuentro cultural. Sus espacios han sido aprovechados para eventos y actividades que resaltan la importancia de la historia y la cultura de la región. En este sentido, San Jerónimo es un lugar que une el pasado y el presente, ofreciendo una ventana hacia la rica historia de la ciudad y la devoción que ha perdurado a lo largo de los años.

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