Palacio del Ayuntamiento

El Palacio del Ayuntamiento de la Antigua Guatemala tiene una historia que abarca varios siglos y está estrechamente vinculada con el desarrollo y la resiliencia de la ciudad. La historia de este icónico edificio comienza en el año 1543, cuando se celebró la primera sesión de Cabildo en las Casas Consistoriales, marcando el inicio de su función como centro administrativo.

 

Aunque se conocen pocos detalles acerca de la construcción original, el edificio sufrió importantes cambios y mejoras a lo largo de su historia. Sin embargo, es a partir de su reconstrucción entre 1740 y 1743 bajo la supervisión del Arquitecto Mayor de la Ciudad, Diego de Porres, que se pueden rastrear más claramente sus características arquitectónicas. Durante este proceso de reconstrucción, se añadieron diversos salones de reuniones y se incluyó un espacio conocido como la “Cárcel del Pobre”. Lo que destaca aún más es la robustez de su construcción, con paredes de más de un metro de grosor, una fachada de piedra y techos abovedados, elementos que subrayan la importancia de la construcción antisísmica en la Antigua Guatemala.

A lo largo de los años, el Palacio del Ayuntamiento resistió las devastaciones causadas por los terremotos y las edificaciones circundantes. Su estructura sólida y duradera se mantuvo a pesar de las circunstancias, lo que refleja el ingenio y la dedicación de los arquitectos y constructores de la época.

Con el traslado de la capital al Valle de la Ermita, el Palacio del Ayuntamiento fue dejado en desuso y posteriormente restaurado por el Corregidor José María Palorno y Montúfar en 1853. Esta restauración permitió que el edificio conservara su presencia histórica y su importancia en el tejido urbano.

En 1956, el Palacio del Ayuntamiento adquirió un nuevo propósito al albergar el Museo de Santiago, también conocido como Museo de Armas de la Ciudad. Esta transformación contribuyó a la preservación de la memoria histórica y cultural de la Antigua Guatemala.

A pesar de su solidez, los sismos de 1976 generaron daños en el edificio, lo que llevó a la necesidad de realizar intervenciones estructurales. Incluso la torre del reloj, una adición del siglo XIX, tuvo que ser demolida y reconstruida siguiendo las técnicas constructivas y lineamientos científicos promovidos por la UNESCO.

El Palacio del Ayuntamiento de la Antigua Guatemala encarna la perseverancia y la adaptabilidad de la ciudad a lo largo de su historia. Su arquitectura resiliente y su capacidad para evolucionar y enfrentar desafíos hacen de este edificio un testigo silente pero poderoso de los cambios y las transformaciones que ha experimentado la ciudad a lo largo de los años.

Palacio del Ayuntamiento